Las matemáticas de la moral - Columna matemático-moral
Posted by Blogger on 10:29 AM
Algunos religiosos han ido extendiendo en Chile la siguiente idea:
Los miembros de la Iglesia Católica no entienden sus doctrinas, en especial las relativas a moral sexual; las doctrinas de la Iglesia son muy difíciles de practicar; hay que cambiar las doctrinas para que resulten practicables; el pueblo católico debe indicar qué doctrinas son las adecuadas.
Es la versión aparentemente algo más sofisticada de esa afirmación tan reiterada hace años: "Si la Iglesia Católica no se adapta a los tiempos, se quedará sin fieles."
Hagamos un doble y sencillo comentario sobre aquella idea:
En primer lugar, imaginemos que usamos el mismo criterio en, por ejemplo, la enseñanza de las matemáticas.
Los alumnos no entienden las matemáticas, en especial el álgebra; las matemáticas son muy difíciles de llevar a la práctica; hay que cambiar las matemáticas para que resulten practicables; los alumnos deben indicar qué matemáticas son las verdaderas.
¿Qué bien funcionaría todo, no?
En segundo lugar, veamos la lógica interna de ese conjunto de afirmaciones:
Si algo no se entiende, no sirve; y porque algo no se entiende, no se puede llevar a la práctica; entonces hay que determinar algo distinto, que se pueda entender y practicar y, por cierto, son los que no entendían lo anterior los que pueden indicarnos en qué consiste lo entendible y practicable.
Qué maravillosa capacidad de los discípulos para superar las propias limitaciones y convertirse en maestros, ¿no?
Lo que realmente está sucediendo es que algunos católicos simplemente no quieren esforzarse; y unos pocos religiosos los premian por ese rechazo a lo exigente; y, finalmente, estos mismos religiosos terminarán diciéndole a ese pueblo con qué mínimos debe conformarse: pero no serán más que unos maestros que han adaptado las matemáticas a la ignorancia de sus alumnos.
Cuatro más dos, quince: porque te lo digo yo, porque da lo mismo, porque es más fácil sumar de cualquier modo.
Gonzalo Rojas Sánchez
Los miembros de la Iglesia Católica no entienden sus doctrinas, en especial las relativas a moral sexual; las doctrinas de la Iglesia son muy difíciles de practicar; hay que cambiar las doctrinas para que resulten practicables; el pueblo católico debe indicar qué doctrinas son las adecuadas.
Es la versión aparentemente algo más sofisticada de esa afirmación tan reiterada hace años: "Si la Iglesia Católica no se adapta a los tiempos, se quedará sin fieles."
Hagamos un doble y sencillo comentario sobre aquella idea:
En primer lugar, imaginemos que usamos el mismo criterio en, por ejemplo, la enseñanza de las matemáticas.
Los alumnos no entienden las matemáticas, en especial el álgebra; las matemáticas son muy difíciles de llevar a la práctica; hay que cambiar las matemáticas para que resulten practicables; los alumnos deben indicar qué matemáticas son las verdaderas.
¿Qué bien funcionaría todo, no?
En segundo lugar, veamos la lógica interna de ese conjunto de afirmaciones:
Si algo no se entiende, no sirve; y porque algo no se entiende, no se puede llevar a la práctica; entonces hay que determinar algo distinto, que se pueda entender y practicar y, por cierto, son los que no entendían lo anterior los que pueden indicarnos en qué consiste lo entendible y practicable.
Qué maravillosa capacidad de los discípulos para superar las propias limitaciones y convertirse en maestros, ¿no?
Lo que realmente está sucediendo es que algunos católicos simplemente no quieren esforzarse; y unos pocos religiosos los premian por ese rechazo a lo exigente; y, finalmente, estos mismos religiosos terminarán diciéndole a ese pueblo con qué mínimos debe conformarse: pero no serán más que unos maestros que han adaptado las matemáticas a la ignorancia de sus alumnos.
Cuatro más dos, quince: porque te lo digo yo, porque da lo mismo, porque es más fácil sumar de cualquier modo.
Gonzalo Rojas Sánchez
Categories: Iglesia Católica, Religión