Gobiernos socialistas
Hace 80 años que comenzó la República Socialista en Chile. Los 100 días que lograron gobernar de facto Marmaduque Grove y Carlos Dávila desde junio de 1932, dejaron como principal legado un Decreto ley, el 520, que creaba un organismo estatal -El Comisariato general de subsistencia y precios- para intervenir los emprendimientos y para controlar la economía en uno de sus datos fundamentales, el valor de los bienes.
Era el Socialismo de Estado o de Cátedra, casi inofensivo al lado de sus hermanos posteriores.
Sí, porque después vinieron los mil días de Allende, inspirados y conducidos por el Socialismo marxista-leninista. Ofensivo por completo, ya sabemos de sobra cómo intentó el control del poder total, arrasando con las libertades y los derechos, generando la lucha paramilitar, destrozando el aparato productivo chileno.
Desde el 11 de marzo de 1990 la tercera ola socialista se instaló en Chile. Todos los gobiernos de la Concertación -conducidos o no por un miembro del PS, casi da lo mismo- optaron por una nueva fórmula, el Socialismo liberal. Las coordenadas de esa ideología -magníficamente descritas en Reflexiones sobre el Socialismo liberal, de Bravo Lira, García Huidobro y Massini- fueron suave y consistentemente puestas en práctica durante 7.300 días.
Desecha la familia, arrinconada la cultura tradicional, secuestrada la verdad histórica, incentivado el libertinaje, desprestigiada la autoridad, el Socialismo liberal logró por la vía diet y light, lo que sus hermanos mayores habían intentado de modo hard.
La duda está planteada, en todo caso: Cuando se sabe que el Ministerio de Educación exige cambiar programas universitarios, cuando desde otros organismos de Gobierno se desprestigia a todos los empresarios, cuando varios ministros piden perdón por el pasado secundando a sus pares socialistas, la pregunta debe despertar las conciencias: ¿Ha terminado el socialismo gubernamental en Chile o sigue sumando días hasta completar los fatídicos 10 mil?
Era el Socialismo de Estado o de Cátedra, casi inofensivo al lado de sus hermanos posteriores.
Sí, porque después vinieron los mil días de Allende, inspirados y conducidos por el Socialismo marxista-leninista. Ofensivo por completo, ya sabemos de sobra cómo intentó el control del poder total, arrasando con las libertades y los derechos, generando la lucha paramilitar, destrozando el aparato productivo chileno.
Desde el 11 de marzo de 1990 la tercera ola socialista se instaló en Chile. Todos los gobiernos de la Concertación -conducidos o no por un miembro del PS, casi da lo mismo- optaron por una nueva fórmula, el Socialismo liberal. Las coordenadas de esa ideología -magníficamente descritas en Reflexiones sobre el Socialismo liberal, de Bravo Lira, García Huidobro y Massini- fueron suave y consistentemente puestas en práctica durante 7.300 días.
Desecha la familia, arrinconada la cultura tradicional, secuestrada la verdad histórica, incentivado el libertinaje, desprestigiada la autoridad, el Socialismo liberal logró por la vía diet y light, lo que sus hermanos mayores habían intentado de modo hard.
La duda está planteada, en todo caso: Cuando se sabe que el Ministerio de Educación exige cambiar programas universitarios, cuando desde otros organismos de Gobierno se desprestigia a todos los empresarios, cuando varios ministros piden perdón por el pasado secundando a sus pares socialistas, la pregunta debe despertar las conciencias: ¿Ha terminado el socialismo gubernamental en Chile o sigue sumando días hasta completar los fatídicos 10 mil?
Gonzalo Rojas Sánchez