Que se vayan los peores
Posted by Blogger on 3:17 PM
Si un gobierno a cargo del Estado se caracteriza por algo, es por las personas que lo integran. Desde el presidente hasta el último de los servidores del aparato estatal, cada funcionario encarna lo gubernamental, mucho más que un programa, una ley o una página web.
En Chile, por cierto, en los últimos 20 años no se buscó que el 80 a 90% de los que integran el Estado tuviesen una mirada por encima de las coaliciones que circunstancialmente lo administraban.
O, dicho de otro modo, la Concertación consiguió instalar durante sus gobiernos a una cantidad enorme de los suyos en el aparato estatal, sin jamás advertirles que un día -tarde o temprano- tendrían que abandonarlo justamente por su mirada partidaria e ideologizada, una vez que la Concertación fuese derrotada en las urnas. Nadie les dijo: con nosotros llegas, con nosotros te irás.
Quizás era mucho pedir que los DC, los PS, los PRSD y los PPD le indicaran a los suyos que sirvieran a Chile ante todo, olvidándose de la Gran Mano que los colocaba en cada peguita.
Por eso, porque a los Gobiernos los hacen sus personas, es completamente lógico que la nueva administración busque los reemplazos. Y que con más convicción aún los consolide a medida que va descubriendo la magnitud, la enorme profundidad, de la desfachatez y del desfalco que caracterizaron a muchos de los que están siendo despedidos.
Pero, cómo no, la Concertación se articula para defender a sus partisanos. Es la concepción patrimonial del Estado, ésa que hemos descrito como "el botín era nuestro y aunque ahora las líneas del frente han avanzado hacia nuestro interior, no trepidaremos en defenderlo".
Si la Alianza quiere tener éxito, no sólo debe nombrar a los mejores; debe mostrar porqué van saliendo los peores.
En Chile, por cierto, en los últimos 20 años no se buscó que el 80 a 90% de los que integran el Estado tuviesen una mirada por encima de las coaliciones que circunstancialmente lo administraban.
O, dicho de otro modo, la Concertación consiguió instalar durante sus gobiernos a una cantidad enorme de los suyos en el aparato estatal, sin jamás advertirles que un día -tarde o temprano- tendrían que abandonarlo justamente por su mirada partidaria e ideologizada, una vez que la Concertación fuese derrotada en las urnas. Nadie les dijo: con nosotros llegas, con nosotros te irás.
Quizás era mucho pedir que los DC, los PS, los PRSD y los PPD le indicaran a los suyos que sirvieran a Chile ante todo, olvidándose de la Gran Mano que los colocaba en cada peguita.
Por eso, porque a los Gobiernos los hacen sus personas, es completamente lógico que la nueva administración busque los reemplazos. Y que con más convicción aún los consolide a medida que va descubriendo la magnitud, la enorme profundidad, de la desfachatez y del desfalco que caracterizaron a muchos de los que están siendo despedidos.
Pero, cómo no, la Concertación se articula para defender a sus partisanos. Es la concepción patrimonial del Estado, ésa que hemos descrito como "el botín era nuestro y aunque ahora las líneas del frente han avanzado hacia nuestro interior, no trepidaremos en defenderlo".
Si la Alianza quiere tener éxito, no sólo debe nombrar a los mejores; debe mostrar porqué van saliendo los peores.
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