Conversar para hablar - Columna del precipicio
Posted by Blogger on 10:28 AM
El nuevo secretario general de la UDI, el diputado Javier Macaya, se ha reunido con Luis Larraín en la Fundación Iguales y anuncia que próximamente se le ofrecerá a él y a Rolando Jiménez, del Movilh, una instancia para que puedan exponer ante los parlamentarios del partido.
Ha afirmado Macaya: "Que en esta etapa nosotros tengamos la posibilidad de conversar y reflexionar y entender la postura de los movimientos homosexuales como Iguales o el Movilh es una señal positiva para mirar el futuro."
¿Eso significa que el diputado hasta ahora no tenía esa posibilidad o no entendía la postura de esos movimientos? No, significa otra cosa: que se está preparando un cambio de posición frente a ellos. Así hablan los políticos, a medias palabras.
"Hemos tenido, como UDI, una evolución al menos en cuanto a la disponibilidad de conversar con ellos y eso es importante para los nuevos tiempos, porque uno puede cerrarse a conversar, a reflexionar" sostuvo, y agregó que "probablemente la UDI nunca va a llevar la bandera del matrimonio igualitario, pero sí necesitamos más espacio para argumentar posiciones", insinuando que de la conversación debiera surgir una reflexión y de ésta un cambio. Ahora ya son cuartos de palabras, pero tenemos suficiente experiencia con estas restricciones del pensamiento al expresarlo en vocablos. Pienso en el entero, pero te lo voy anunciando en fracciones, para que sea más digerible.
Por supuesto que no hay ningún problema para sentarse a hablar, pero la conversación debe ser de a dos, es decir la UDI debe sentarse a conversar para decir lo que piensa, no lo que el otro quiere oír. Al comenzar esa conversación, con toda la experiencia acumulada, ¿se pedirá a la contraparte que después no haya descalificaciones? ¿Qué nadie sea tildado de homofóbico por sostener una mirada diferente? ¿O se entra ya a conversar con el temor de la asimetría: ellos los discriminados, nosotros los discriminadores?
Poco antes de morir, Jaime Guzmán se adelantaba a estas situaciones: "Chile necesita un partido líder. Un partido en que sus dirigentes, en vez de mirar las encuestas para determinar lo que les conviene decir, reflexionen en sus conciencias lo que deben plantear, incluso arrostrando transitorias incomprensiones, a fin de modificar las deformaciones de criterios que las encuestas puedan reflejar existentes en la ciudadanía. Y que no se diga que eso no es política sino academia. La política la construyen los líderes. Y el verdadero liderazgo siempre ha consistido en guiar a la opinión pública, en vez de halagarla servilmente o dejarse guiar por sus vaivenes."
Pero Macaya está en otra posición: Su idea "es acoger las distintas visiones, sin necesariamente llevar todas las banderas" porque, precisó "en el matrimonio homosexual la mayoría está en contra, pero creemos que en esto no debe haber un dogma de fe, más allá de la posición de la Iglesia Católica porque creemos que parte importante de un partido de inspiración cristiana es ponerse en el lugar de las personas que sufren y yo conociendo a muchas personas homosexuales sé que han sufrido mucho por los estigmas entonces tenemos que ponernos en ese lugar".
Qué notables confusiones, suponemos que involuntarias. El diputado mezcla a la Iglesia en un tema que es de naturaleza y reduce el cristianismo a una simpatía por el otro, sin que esté respaldada en la convicción de qué es lo que le conviene o lo perjudica. La inspiración cristiana, un cariñito, y punto.
Intuyendo estas frivolidades, agregaba Guzmán: "Chile necesita un partido que comparta los problemas de los más pobres, alejándolos de la lucha de clases y que los defienda contra toda demagogia que, favoreciendo a grupos organizados de presión, termina siempre perjudicando a los más desvalidos. (Š) Chile necesita un partido que jamás confunda los consensos válidos y necesarios con el acomplejamiento o el entreguismo."
Al descriterio se sumó Jorge Ulloa, al afirmar que "las condiciones y los tiempos han ido cambiando y es hora de que nosotros nos pongamos a mirar con más detención cuáles son las razones que se están entregando porque si los argumentos no son razonables, no podemos seguir obsecuentemente diciendo que no a todo".
Jorge: Los argumentos en estas materias no tienen nada que ver con el tiempo. Lo que era fundamentalmente bueno para la persona humana ayer, lo es hoy y lo será mañana. ¿Estás convencido de esa máxima o te abres a revisar en el tiempo el incesto, la tortura, la esclavitudŠ? Recuerda a Jaime, Jorge: "Las encuestas son valiosas y útiles, pero seguir a la mayoría no siempre es lo 'verdaderamente correcto', de hecho, los líderes se destacan porque no siguen a la masa, sino que la conducen."
A la espera de lo que sobre la materia digan Silva, Kast, y Arteaga, por momentos la UDI parece continuar su inexorable camino al precipicio.
Gonzalo Rojas Sánchez
Ha afirmado Macaya: "Que en esta etapa nosotros tengamos la posibilidad de conversar y reflexionar y entender la postura de los movimientos homosexuales como Iguales o el Movilh es una señal positiva para mirar el futuro."
¿Eso significa que el diputado hasta ahora no tenía esa posibilidad o no entendía la postura de esos movimientos? No, significa otra cosa: que se está preparando un cambio de posición frente a ellos. Así hablan los políticos, a medias palabras.
"Hemos tenido, como UDI, una evolución al menos en cuanto a la disponibilidad de conversar con ellos y eso es importante para los nuevos tiempos, porque uno puede cerrarse a conversar, a reflexionar" sostuvo, y agregó que "probablemente la UDI nunca va a llevar la bandera del matrimonio igualitario, pero sí necesitamos más espacio para argumentar posiciones", insinuando que de la conversación debiera surgir una reflexión y de ésta un cambio. Ahora ya son cuartos de palabras, pero tenemos suficiente experiencia con estas restricciones del pensamiento al expresarlo en vocablos. Pienso en el entero, pero te lo voy anunciando en fracciones, para que sea más digerible.
Por supuesto que no hay ningún problema para sentarse a hablar, pero la conversación debe ser de a dos, es decir la UDI debe sentarse a conversar para decir lo que piensa, no lo que el otro quiere oír. Al comenzar esa conversación, con toda la experiencia acumulada, ¿se pedirá a la contraparte que después no haya descalificaciones? ¿Qué nadie sea tildado de homofóbico por sostener una mirada diferente? ¿O se entra ya a conversar con el temor de la asimetría: ellos los discriminados, nosotros los discriminadores?
Poco antes de morir, Jaime Guzmán se adelantaba a estas situaciones: "Chile necesita un partido líder. Un partido en que sus dirigentes, en vez de mirar las encuestas para determinar lo que les conviene decir, reflexionen en sus conciencias lo que deben plantear, incluso arrostrando transitorias incomprensiones, a fin de modificar las deformaciones de criterios que las encuestas puedan reflejar existentes en la ciudadanía. Y que no se diga que eso no es política sino academia. La política la construyen los líderes. Y el verdadero liderazgo siempre ha consistido en guiar a la opinión pública, en vez de halagarla servilmente o dejarse guiar por sus vaivenes."
Pero Macaya está en otra posición: Su idea "es acoger las distintas visiones, sin necesariamente llevar todas las banderas" porque, precisó "en el matrimonio homosexual la mayoría está en contra, pero creemos que en esto no debe haber un dogma de fe, más allá de la posición de la Iglesia Católica porque creemos que parte importante de un partido de inspiración cristiana es ponerse en el lugar de las personas que sufren y yo conociendo a muchas personas homosexuales sé que han sufrido mucho por los estigmas entonces tenemos que ponernos en ese lugar".
Qué notables confusiones, suponemos que involuntarias. El diputado mezcla a la Iglesia en un tema que es de naturaleza y reduce el cristianismo a una simpatía por el otro, sin que esté respaldada en la convicción de qué es lo que le conviene o lo perjudica. La inspiración cristiana, un cariñito, y punto.
Intuyendo estas frivolidades, agregaba Guzmán: "Chile necesita un partido que comparta los problemas de los más pobres, alejándolos de la lucha de clases y que los defienda contra toda demagogia que, favoreciendo a grupos organizados de presión, termina siempre perjudicando a los más desvalidos. (Š) Chile necesita un partido que jamás confunda los consensos válidos y necesarios con el acomplejamiento o el entreguismo."
Al descriterio se sumó Jorge Ulloa, al afirmar que "las condiciones y los tiempos han ido cambiando y es hora de que nosotros nos pongamos a mirar con más detención cuáles son las razones que se están entregando porque si los argumentos no son razonables, no podemos seguir obsecuentemente diciendo que no a todo".
Jorge: Los argumentos en estas materias no tienen nada que ver con el tiempo. Lo que era fundamentalmente bueno para la persona humana ayer, lo es hoy y lo será mañana. ¿Estás convencido de esa máxima o te abres a revisar en el tiempo el incesto, la tortura, la esclavitudŠ? Recuerda a Jaime, Jorge: "Las encuestas son valiosas y útiles, pero seguir a la mayoría no siempre es lo 'verdaderamente correcto', de hecho, los líderes se destacan porque no siguen a la masa, sino que la conducen."
A la espera de lo que sobre la materia digan Silva, Kast, y Arteaga, por momentos la UDI parece continuar su inexorable camino al precipicio.
Gonzalo Rojas Sánchez