Columna ibañista

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En El Ciudadano, periódico que usted habrá visto por aquí o por allá, se publica la siguiente información, acompañada del afiche respectivo:
        "La agrupación Imagina UAI, de la Universidad Adolfo Ibáñez, está promoviendo un curso de formación política a un muy bajo costo monetario ($1.000), pero altísimo en términos de formación estudiantil. Esto, porque gran parte de los expositores de este curso forman parte de los sectores más reaccionarios y pinochetistas de nuestra sociedad (varios ligados a la Fundación Jaime Guzmán). Destacan, entre otros:
       - Gonzalo Rojas, férreo defensor de la dictadura de Pinochet, autor del libro ³Chile escoge la Libertad. La Presidencia de Augusto Pinochet Ugarte, 1973-1990².
- Lucía Santa Cruz, figura clave en la extradición de Pinochet a Chile desde Londres y cuya máxima creación intelectual es, aparentemente, un libro de cocina.
  - Rolf Lüders, ex Ministro de Economía y Hacienda de Pinochet.
  - Francisco Sánchez Urra, autor del tétrico libro ³Augusto Pinochet: El reconstructor de Chile².
        Como estudiantes, consideramos inaceptable que personas con estos currículums
-prontuarios, en algunos casos- dicten cátedras propagandísticas a nuestros compañeros. Varios de los expositores son cómplices, furiosos partidarios e incluso actores de la época más oscura y sangrienta de nuestro país y es perjudicial para jóvenes en formación intelectual recibir la influencia sesgada y autoritaria de ellos. La Universidad Adolfo Ibáñez no debe prestarse para albergar actos sectarios de este tipo y esperamos que sea revisado por las autoridades: Una casa de estudios no puede darse el ³lujo² de tener a un Ministro de la dictadura dictando charlas a sus alumnos.
        Firman desde el anonimato ante eventuales represalias, pero no por eso con menos firmeza,
        Grupo de estudiantes de la Universidad Adolfo Ibáñez"
 
 
     El grupo organizador, Imagina UAI, corresponde a los gremialistas de esa Universidad.
        ¿Cómo puede llegar a pasar algo así en una corporación de tanto prestigio?
        Un poco de historia, vivida de primera mano, no viene mal.
        Corría el año 2000 cuando el dueño de la Universidad decidió dar un giro a su orientación. Reemplazó al rector, Juan Ignacio Dómínguez, ex ministro del presidente Pinochet, por Andrés Benítez; llevó a Andrés Allmanad  como Director de Desarrollo  -lo que significó el inmediato alejamiento de la UAI de su máxima figura moral e intelectual, Carlos Cáceres-   y contrató, contra la opinión del entonces Vicerrector Académico, quien ahora suscribe estas líneas, a José Joaquín Brunner.
        A los seis meses, el Vicerrector fue destituido por la Junta Directiva sin siquiera ser oído. De ella, por cierto, formaban parte otro ex ministro del gobierno militar e importantes personas "que piensan como nosotros"... se supone. Dentro del cuerpo de profesores, en particular del sector más significativo, la Facultad de Humanidades, unos pocos entendieron la gravedad de la situación, levantaron su voz pero, finalmente, con el paso de los años fueron abandonando la UAI. Hoy, esa Facultad es apenas un puñado de valientes que tratan de mantener en alto los principios y el estilo fundacional que le imprimió a la universidad don Pedro Ibáñez padre.
        Desde el 2001 en adelante todo ha ido cargándose a la izquierda. Quizás por eso un grupo de alumnos, tan anónimos como audaces, puede descalificar un sencillo ciclo de formación del modo que lo hacen. Perciben el clima, saben que recibirán muestras de simpatía de parte de profesores izquierdistas o secularistas; entienden que pueden discriminar sin riesgos; quizás obtengan la suspensión o carta blanca para la funa.
        Si usted quiere saber cómo puede perderse una institución -por la audacia de nuestros rivales y por la negligencia propia-  cómo puede ir a parar a sus antípodas, estudie el caso de la Universidad Adolfo Ibáñez. Y aprenda, para aplicar esa lección a tantas otras instancias en que la marea socialista-liberal inunda ya ambientes que parecen sanos

Gonzalo Rojas Sánchez