Tres novelas italianas

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Susanna Tamaro

A la búsqueda de explicaciones sobre los comportamientos de los jóvenes actuales, tres disímiles novelas de autoría italiana vienen en nuestro auxilio.

Eugenio Conti publicó en 1983 El caballo rojo. De evidentes rasgos autobiográficos, el autor sitúa a sus jóvenes personajes en las duras contingencias militares de los frentes ruso, africano e italiano, en la Segunda guerra mundial. Su trama es sencilla, muchos de sus personajes tienen escaso relieve dramático, por momentos la acción bélica parece algo folletinesca, pero hay algo muy valioso en sus mil páginas: jóvenes con fe, jóvenes con ideales, jóvenes que saben entregarse, jóvenes sencillos ante la vida y la muerte.

Susana Tamaro entregó a los anhelantes lectores de A donde te lleve el corazón, su siguiente novela, Anima Mundi, en 1997. A través de Walter y Andrea, los dos muchachos cuyas vidas se contraponen y complementan, la trama se desenvuelve desde los estudios o la droga, la política o la promiscuidad, hacia la autodestrucción o la fe. Los contrapuntos están plenamente logrados.    

Tamaro no se reserva nada al ofrecer un final tremendo, en que lo inútil de este mundo se hace presente para darle valor de eternidad a lo aparentemente exitoso pero banal.

Agradecido de la misma Tamaro de quien ha heredado quizás el tema, pero con una prosa autónoma, Alessandro D' Avenia ofreció hace dos años su notable Más blanco que la nieve, más rojo que la sangre. La experiencia diaria del joven autor en un colegio secundario le permite construir y vincular entre sí a tres jóvenes adolescentes, un alumno y dos jovencitas, que viven del amor y de la muerte, de los colores que esas realidades tienen. Leo, un soberbio rugiente de 16 años que va a ir transformándose en humilde gatito, está logrado como personaje en toda su inicial torpeza, en toda su creciente nobleza. ¿Algo de El Guardián en el centeno está presente en la obra de D'Avenia? Poco, quizás algunas coordenadas de rebeldía, pero su Leo es mucho más noble y alentador que Holden, aquella desagradable criaturita de Salinger.

Libros para adultos; y también para jóvenes necesitados de ser adultos, porque se les nota uno que otro retraso en el proceso.

Gonzalo Rojas Sánchez