Aprendan de Montt.

Están en competencia ya los candidatos presidenciales y, qué terrible para ellos, justo entran en carrera en el bicentenario del nacimiento de uno de los dos más grandes Presidente de Chile.

En 1809 nació don Manuel Montt Torres, en Petorca, no en Las Condes. El suyo fue el más notable liderazgo con que contó Chile en el Siglo XIX. Un hombre claro, fuerte, responsable.

Por origen y formación, por costumbres y relaciones, Montt pertenecía ciertamente a los primeros sectores medios importantes del país. Formado en el Instituto Nacional, sobrio hasta la parquedad, servidor no interesado en privilegio alguno desde su primera juventud, Montt contaba con todas las condiciones para ampliar la base del gobierno pelucón hacia el sector al que él naturalmente pertenecía.

Su ideal de orden y progreso calzaba absolutamente con los bienes más queridos por toda capa media en formación. Cuando brindó por su triunfo, en septiembre de 1851, fue breve, directo y claro en cuanto al objetivo que se proponía. Dijo: "Celebráis el imperio de la libertad y del orden público; no el de la libertad con mengua del orden, ni del orden con mengua de la libertad, sino la justa armonía de estos dos principios salvadores de la República."

Orden. Quizás lo entiendan ahora los candidatos simplemente como seguridad ciudadana. No, para Montt y en el Chile de hoy, el orden es el modo natural, recto, humano, digno, de hacer las cosas. Es medida de proporción y de dirección. O sea, sin orden hay gigantismos o enanismos; y también fáciles senderos al precipicio.

Libertad: quizás la miren hoy los postulantes como simple capacidad de facilitar todo lo que se le ocurra a sus conciudadanos. Pero no es eso. Para Montt y en el Chile de hoy, la libertad es la capacidad de autodeterminarse al bien; por lo tanto es el exacto complemento del orden. Lo bueno
-vamos a discutir sus contenidos- es el imán de la libertad y la regla del orden.

Esta no es cuestión teórica, de puro análisis histórico o de simple elaboración bibliográfica. La articulación del orden y de la libertad, para Piñera, Frei, Enríquez, Navarro, Zaldívar y Arrate es un conjunto de desafíos concretos. O los toman, se definen y hablan o les queda grande la responsabilidad.

¿Unos pocos temas sobre los que tienen que pronunciarse y resolverlos? Uso de las drogas, enseñanza de la Historia, investigación con embriones, causales de despido laboralŠ Y de éstos hay mil otras materias que exigen definición. Porque estamos esperando algo más concreto que pomposas refundaciones o anunciados cambios.

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