¿Peña o los ocho? - Columna atónita

        El rector Carlos Peña, vocero ¿oficial u oficioso? de los rectores de las universidades que se reunieron con el ministro Eyzaguirre, afirmó a la salida del encuentro:
        "El Gobierno impulsará, según nos hizo saber el ministro, un trato preferente a las universidades estatales, una cuestión en la que en general todos estuvimos plenamente de acuerdo, trato preferente que se va a traducir en financiamientos basales con miras a que esas universidades mantengan y hagan cada día más vigorosa sus comunidades académicas, tendientes a reflexionar sobre temas que nos atingen y nos interesan a todos".
        Y aseguró además que "el Ejecutivo "puede contar con el apoyo de las universidades respecto a la reforma educacional (...) los rectores de las universidades privadas creadas después de 1981, particularmente quienes estuvimos en esta reunión, estamos todos de acuerdo que uno de los desafíos inmediatos del sistema de educación chileno es el de regularlo".
        Si Carlos Peña interpretó correctamente el contenido y tono de la reunión, quiere decir que los ocho rectores han comenzado a recorrer el camino de la definitiva destrucción de sus propios planteles y de la libertad en la enseñanza superior en Chile.
        ¿Realmente van a dejar que el Ministerio fije los aranceles? Es una fijación de precios, muchachos. Después vendrá la de sueldos. Y todas las demás.
        ¿Realmente van a permitir que el Estado les financie la investigación de modo basal, sin que puedan decidir el origen y monto de las platas que destinan a esas tareas? Perderán todo control sobre los temas y contenidos de la investigación.
        ¿Realmente van a aceptar un sistema centralizado y obligatorio de acreditación para las universidades y carreras? Se acabará la libertad curricular, de contratación docente y, por cierto, de proyectos educativos.
        Y eso, por ahora.
        "Ojalá que no salgan de acá diciendo que están contentos", les dijo el ministro. ¿Sólo Carlos Peña estaba contento o los otros siete rectores también?
        Como los rectores presentes dirigen las ocho casas de estudios adscritas al proceso de admisión del CRUCh, el tema es de ejemplar relevancia hacia todas las demás. Lo que estas ocho hagan en conjunto  -es de esperar que casi nada, si va en la línea de lo que comunicó Peña- va  a resultar decisivo para las otras titantas de propiedad privada.
        La responsabilidad de la Diego Portales, la Andrés Bello, la Mayor, la Los Andes, la Adolfo Ibáñez, la del Desarrollo, la Alberto Hurtado y la Finis Terrae excede, por lo tanto, con mucho a sus propias corporaciones y al grupo de las ocho: afecta a toda la libertad en la educación superior chilena.
        Esperamos las voces individualizadas de sus rectores desmintiendo a Carlos Peña.

Gonzalo Rojas Sánchez