Qué terrible defecto, oye.

Posted by Blogger on 1:40 PM
Se esperaba más de ellos. Porque son personas que aspiran a conducir el Estado. Por eso, cuando supimos que los diversos candidatos -cual más, cual menos- consideraban como su peor defecto la impaciencia, no quedó más que musitar: No tecleoŠ
No, no te creo que efectivamente lo sea, o peor aún, no te creo que tú te lo creas.
¿La impaciencia? Buena oh. O sea que vuestro principal defecto sería una especie de mezcla entre la carencia y la virtudŠ Porque la declaración de los presidenciables recayó sobre su conciencia de ser impacientes respecto de los grandes ideales que los cuatro dicen promover. Tan generosos ellos, pero algo impacientillos.
Qué buenas personas y qué terrible que sean algo apresurados; al menos ya sabemos que no tienen defectos más graves.
Ya pues, cortemos la tonterita.
Casi cuarenta años atrás, un senador afirmaba que su peor defecto era no escribir tan bien como hablaba; y no falta la actriz que sostiene que lo que más se reprocha a sí misma es no dejarse un espacio para ella, no quererse lo suficiente, porque ella piensa todo el día en los demás.
Ya pues, cortemos la tonterita.
¿Llegará el día en que un político diga que se sabe soberbio y vanidoso, adulador y orgulloso, con tendencia a la macuquería y a la corrupciónŠ pero que combate con fiereza contra esas fuertes mareas que invaden su alma?
Cuando alguien lo diga, le creeremos, y le ayudaremos a mejorar; entonces, como por inercia, esa persona se constituirá en el liderazgo sincero y vital que necesitamos.