Qué Barbarroja más rendidora

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Cerca de cumplirse los 70 años de la invasión alemana de la URSS, este 22 de junio, la más interesante consideración debe referirse a los dividendos que obtuvo la potencia comunista al lograr la victoria sobre Hitler, casi 4 años después.

Esas ganancias deben contarse entre las mayores pérdidas para el mundo entero, tal como cualifican como daños gigantescos a la humanidad las que la propia Alemania nazi obtuvo en su corto esplendor.

La imagen. Stalin emergió de la guerra como el líder cercano que había guiado a una nación unida en la defensa de su proyecto socialista y de sus tradiciones. Falso, porque la guerra le permitió elevarse aún más sobre todos, dentro y fuera del Partido, consolidando una dictadura totalitaria contra el pueblo y su pasado.

La represión. Recién terminado el conflicto, millones de personas fueron enviadas en nuevas y sucesivas olas al Gulag: prisioneros de guerra, combatientes soviéticos, supuestos o reales disidentes, judíosŠ todas las categorías imaginables volvieron a experimentar los rigores de la esclavitud laboral y de la muerte ignorada.

La dominación. Una cortina de hierro, dijo Churchill, privó de la libertad por casi 45 años a Estonia, Lituania, Letonia, Polonia, Checoeslovaquia, Hungría, Rumania, Bulgaria, un tercio de Alemania y  -por corto tiempo-   a Yugoeslavia y media Austria.

La expansión. El comunismo tomó credenciales supuestamente democráticas, desarrollando fuerzas antes contenidas, para llevar el odio y la guerra al Asia y al África, a América y a Europa libre. Los PC del mundo entero se activaron -el de Chile muy especialmente-  en su siembra subversiva o guerrillera.

La propaganda. Los compañeros de ruta aumentaron y se potenciaron en las Universidades y en los medios de comunicación, en la Artes, en las confesiones religiosas y en el Deporte. La URSS pasó a ser defendida y promovida como un modelo, incluso compatible con la fe y la moral.

La depredación. Volúmenes incontables de recursos económicos de decenas de naciones fueron utilizados en el contexto de la trilogía soviética: Comecón, o sea come con la URSS, por la URSS, para la URSSŠ

Gonzalo Rojas Sánchez