Columna sobre el sesgo

Posted by Blogger on 4:57 PM


El cociente de sesgo del New York Times, de acuerdo al notable trabajo de Groseclose y Milyo es de 73.7, es decir, se encuentra 23.7 puntos a la izquierda del votante medio de los Estados Unidos.

Por lo tanto, todo lo que publican estos buenos señores, en promedio por cierto, está a mitad de camino entre el centro político y la izquierda más extrema, es decir su planteamiento es claramente de centro-izquierda. Groseclose y Milyo lo han demostrado y el primero lo explica en Left Turn, su notable libro sobre los sesgos de la prensa liberal en los EEUU.

Y a Chile también le toca.

Basta con darle una miradita al reciente artículo de Roberto Candia para el NYT sobre el aborto en nuestro país para comprobar el sesgo que Groseclose ha tabulado.   

 Unas pocas frases del texto.

Quienes llaman por teléfono para pedir ayuda a las organizaciones abortistas son "asustadas adolescentes" o "madres de tres hijos", mientras que quienes protestan vía telefónica son "los que están enojados". Falso: la ecuación no es temor versus enojo, sino indolencia versus convicciones.

La persona que aconseja telefónicamente afirma "no  darle consejos o ayuda moral a quienes consultan, sino sólo información." Falso: toda respuesta relativa a la vida tiene una dimensión moral primaria, explícita o implícita.

Hasta ahora ha habido 12 mil llamados desde 2009, afirma el articulista, es decir apenas 3 mil por año, pero nada dice sobre el número de llamados que reciben las organizaciones pro vida, las que en conjunto suman esa cantidad total cada año, al menos.

A continuación el señor Candia afirma que los voluntarios abortistas operan en una área gris. Falso: actúan en un área completamente negra, la del delito, la del crimen.

La opinión de la ex defensora nacional, Paula Vial, se suma al sesgo. Afirma la abogada en el artículo que "hay una cierta sensibilidad a las condiciones sociales que están detrás de esos abortos, como la pobreza, la violación o el embarazo adolescente." Ningún contraste tiene esa insólita afirmación: a nadie le pide el articulista que defienda la evidencia de la vida,  sean cuáles sean las relativas condiciones de carencia material, afectiva o de edad.


Más adelante, se permite el señor Candia sostener que el presidente "Pinochet terminó con una tradición de aborto legal que venía desde 1931", al eliminar el mal llamado crimen terapéutico. El uso de la palabra tradición  -referida además a un periodo de apenas 50 años-   es uno más del los trucos semánticos del articulista.

Finalmente el  periodista cita el caso de Karen Espíndola, quien pidió abortar a su hijo que venía con malformaciones. Osvaldo nació en 2009 y murió en 2011. ¿Usted se imagina que el articulista defiende la vida de ese niño? Por el contrario: "Como nunca estuvo consciente de que estaba vivo", afirma su madre... "todos sufrimos, nadie ganó." ¿Conoce usted a algún niño de menos de dos años al que sus padres valoren por el grado de conciencia del menor de estar vivo?

El sesgo, el sutil y permanente sesgo de la prensa liberal-socialista.

Gonzalo Rojas Sánchez

PD: 
El autor del artículo, es Aaron Nelsen. Roberto Candia es sólo el fotógrafo.
Pido las disculpas correspondientes a él y a ustedes.
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